Las políticas de inmigración en Estados Unidos pueden cambiar significativamente con cada cambio de administración presidencial. Una de estas políticas es la «política de deferencia de USCIS» de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), que afecta cómo se procesan ciertas aplicaciones de inmigrantes, especialmente aquellas que buscan extender su estancia en Estados Unidos.
Políticas de Inmigración en Estados Unidos ¿Qué es la Política de Deferencia?
La política de deferencia de USCIS fue una norma que instruía a los oficiales de USCIS a confiar en decisiones previas cuando un inmigrante solicitaba la renovación de su visa para Estados Unidos bajo las mismas condiciones que antes.
Por ejemplo, si un trabajador extranjero en los EE.UU. con una visa H-1B solicitaba extender su estancia sin cambios significativos en su empleo o situación, USCIS normalmente revalidaría su visa basándose en las aprobaciones anteriores. Esta política de inmigración en Estados Unidos promovía la eficiencia y ofrecía una cierta predictibilidad a los inmigrantes sobre el proceso.
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Cambios Históricos en la Política de Deferencia de USCIS
Bajo la Administración Trump (2017) esta deferencia fue rescindida, argumentando que cada solicitud debería ser revisada como si fuera completamente nueva, sin tener en cuenta las decisiones anteriores. Esto llevó a un aumento en la solicitud de más documentos y evidencias (conocidos como RFEs – Request for Evidence – por sus siglas en inglés), complicando y alargando el proceso de renovación de visas para Estados Unidos.
Bajo la Administración Biden (2021) la política fue reinstaurada, intentando volver a las prácticas anteriores de revalidar visas basadas en decisiones previas.
La reinstauración de la política de deferencia de USCIS por parte de Biden buscaba ofrecer nuevamente estabilidad y previsibilidad al proceso. Sin embargo, la política migratoria de Biden también ha enfrentado críticas, especialmente en su manejo de la frontera entre EE.UU. y México, donde las llegadas de migrantes han alcanzado números récord.
En respuesta, algunas políticas de inmigración restrictivas de la era Trump se han mantenido o adaptado, como las limitaciones al asilo y el uso continuado de medidas de emergencia para controlar la entrada de migrantes.
Asilo y Deportaciones con la Política de Deferencia de USCIS
Las decisiones en torno al asilo y las deportaciones también se han visto influenciadas por la política de deferencia de USCIS. La variabilidad en su aplicación ha impactado la consistencia de las decisiones sobre quién recibe asilo y quién es deportado.
Bajo Trump, hubo un enfoque más estricto en la deportación, mientras que Biden ha tratado de suavizar algunas de esas políticas de inmigración de Estados Unidos, aunque las deportaciones han aumentado debido a la alta cantidad de llegadas recientes.
La Política de Inmigración en Estados Unidos actualmente.
La política de inmigración en Estados Unidos se ve significativamente influenciada por el contexto político y las elecciones presidenciales. Este dinamismo indica que la política de deferencia de USCIS, junto con otras políticas migratorias, podría experimentar cambios importantes, impactando a miles de inmigrantes que buscan renovar sus visas o modificar su estatus en EE.UU.
Comprender profundamente la política de deferencia de USCIS y su efecto es crucial para aquellos interesados en las leyes de inmigración estadounidenses, especialmente para quienes desean prolongar su estatus de no inmigrante. Estas políticas afectan directamente no solo a los individuos, sino también a la economía y cultura del país. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, es vital estar al tanto de cómo estos cambios podrían redefinir el futuro de la política de inmigración en Estados Unidos.
Además, si Donald Trump resulta electo en noviembre, es probable que la política de deferencia de USCIS sea eliminada de nuevo. Este cambio, junto con otras modificaciones en la política, podría traducirse en un incremento de las solicitudes de evidencia adicional (RFEs), un aumento en los tiempos de procesamiento y una disminución en la consistencia de las adjudicaciones.
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